LA TORTILLA

El reloj marcaba las cinco de la madrugada, era una de las tantas frías mañanas del mes de julio. Durante poco rato pude dormir ya que tos de mi hija, no me dejo conciliar el sueño, ella duerme en una camita, al lado de la mía. Mi esposa murió hace dos años, por culpa de una neumonitis muy fuerte, que según los doctores, se le produjo por que en la media agua que tenemos, durante el invierno se filtra entera y queda todo muy húmedo. Durante todo el día yo me desempeño como obrero de la construcción, y me levanto antes del alba, me preparo el almuerzo, abrigo a mi hijita y la llevo a la casa de mi madre, que está distante a un par de casas de la de nosotros. En el trabajo, gano lo justo para comprarle pañales a la niña (que en cuatro días más cumple 3 añitos), para comprarle algo de comer y un poco de ropa. Mi mamá, aunque contra mi voluntad, gasta casi toda su pensión de $40.000, en cosas para mi hija, muchas veces deja de comprarse remedios por darle cosas a la Valentina. A veces, cuando voy de camino al trabajo, pienso en todo lo que hago, y muchas veces, me viene una angustia muy grande, porque veo que, a pesar de todos los esfuerzos que realizo, me doy cuenta de que no puedo darle todo lo que se merece mi amada hija. Más de alguna vez, he pensado en tirar la toalla, pero al mismo tiempo aparece en mi mente, la cara sonriente de la Vale (como le decimos), sus bracitos en alto, caminando a trastabillones y avanzando hacia mi, tirando besitos, me da fuerzas para seguir adelante. Me gustaría mucho que ella, pudiera llegar mucho más lejos, que pudiera cumplir sus metas y anhelos, pero por lo que me he enterado, ahora si no tienes dinero para darle una buena educación, la niña, sólo será otra vuelta más de éste ya viciado círculo. En televisión se ve diariamente a los candidatos presidenciales, tirando promesas al viento, y en las calles, costosas gigantografías, de ellos, con su familia en pleno. Pero, ¿ quién me va a entregar las herramientas para poder darle algo mejor a lo mas preciado que tengo?, por lo pronto, sus fabulosas campañas no lo harán. También me da mucha pena e impotencia, como se botan, millones y millones de pesos, en la compra de aviones para la guerra. Cuando esa enorme cantidad de dinero, podría ir en beneficio de quienes más lo necesitan. Un fondo solidario para la educación, una mejora ala salud pública, y no me refiero al famoso plan AUGE, sino, a uno de verdad. La mayoría de las personas, dicen que la independencia de Chile, fue en 1810, con la primera Junta Nacional de Gobierno. Pero, si nos fijamos bien, ahora en el 2005, el agua, la luz, hasta el teléfono, está en manos de los españoles... ¿podrá existir una independencia real? Lo dudo. Yo veo la vida, como una enorme cuesta que no tiene final, pero cuando pienso en todo esto, llego a mi casa y veo que la Vale viene caminando feliz, me abraza con sus bracitos regordetes y me dice :”te quiero papito”, mi alma se regocija y saca fuerzas de lo más profundo y digo, de alguna u otra manera, la tortilla, tiene que dar vuelta.