Muchas veces he escuchado eso del Carpe-Diem y hippismos por el estilo, en este minuto, algo de lógica le encuentro a ese asunto.
Con el paso del tiempo (shaa ya estoy hablando como un viejo), me he dado cuenta de que no somos súperhombres ni súpermujeres. Personas jóvenes medianamente cercanas han fallecido, por distintas circunstancias. Eso, me ha llevado a cachar de que después de esto, no hay más.
Puede que el hablar de la vida y la muerte suene como muy fuerte (no, no soy un suicida en potencia, así que preocúpense algunos, relájense otros). Pero son procesos, cambios, circunstancias que no son para nada ajenas a la vida cotidiana.
¿cuál será esa maldita manía de dejar todo pa’ después? ¿Porqué tanta gente se desgasta tanto para algo posterior, viven para un después (influencia católica?), mientras que en el aquí y ahora, aunque sea por un minuto se puede ser feliz?
El domingo converse caleta y quede con un germen ahí, incubándose (mierda! Casi choco en la micro!!!) ¿porqué algunos se quitan esa oportunidad de complementarse, vivir una vida “libre”, feliz, plena aunque sea por un minuto? Muchas cosas importantes pueden pasar en un minuto.
A mi humilde parecer, no hay cosa peor que dejar asuntos pendientes, esa weaita del “mmm que hubiera pasado si yo hubiese….” Me mata, me apesta y no me gusta, sencillamente, dejar cabos sueltos, no va conmigo.
Cambio, cambio, palabrita recurrente en estos días y en mi vida, muchos cambios he tenido, tanto de colegio, de amigos, de casa, de región. Ahora vuelve el fantasma del cambio, y no, no quiero dejar ese cabo suelto.
En fin, todo va mutando, pero hay cosas que siempre quedan, pero no hay mejor que las cosas que quedan resueltas, aunque sea un error, aunque dure un segundo, pero se vivió a concho.
Ahora me quedo con esto:
“un minuto de felicidad V/S una vida de espera, buen dilema”