Última semana de abril, vuelvo a escribir en mi espacio virtual, pero lamentablemente no es por algo agradable.
Tal como hoy, mis palabras vuelven a inundar, a llenar mi mente y sus pantallas. El dolor, la angustia y la rabia, regresan a los corazones de algunas sufridas familias, que por un error, UN MALDITO Y FUNESTO ERROR, los cuerpos de sus familiares, que hace algunas décadas desaparecieron a manos de un tirano. En ésta semana se da a conocer a la luz pública, que 48 detenidos desaparecidos cuyos cuerpos yacían en el patio 29 del Cementerio General, que luego de "arduos" trabajos se logró dar con su identidad. Eso al menos es lo que les hicieron creer a todas esas familias quienes, en su dolor, lograron darles algo mínimo, una sepultura digna.
El problema, es que los señores del SML, se equivocaron, sus métodos para identificar los cuerpos, no eran infalibles como ellos decían. Muchos familiares murieron con la idea de al que un día una oscura y sanguinaria mano arrebató de cuajo su vida, ahora ellos podían dejarlos descansar en paz, pero lamentablemente, enterraron a quienes no eran sus familiares.
Incluso, viendo hoy "El termómetro", me enteré de que Silvio Caiossi, hizo un documental que retrataba paso a paso la verdadera odisea de los familiares en la búsqueda de sus deudos, hasta que por fin lograban dar con su supuesta identidad, pero hoy se dieron cuenta de que no era la persona a quien dedicaban el documental. Paradójicamente, dicho documental lleva por nombre "Fernando ha vuelto".
Francamente, es una verdadera falta de respeto lo que pasó con todas esas familias a quienes el dolor ya azotó una vez, cuando se les quitó a su hijo, hermano, padre, nieto etc. Ahora se vuelve a vivir todo ese oscuro sentimiento. E incluso peor, ¿qué certeza tienen el resto de miles de familiares de detenidos desaparecidos, los cuales también les dijeron que ese cuerpo era él de su deudo?
Ahora, esa pregunta que hace algunos años se hicieron –algunos todavía se la hacen- ahora todos vuelven a gritar con dolor, y nosotros cómo jóvenes con conciencia, también tenemos que hacernos parte de esta simple, pero gran interrogante: ¿DÓNDE ÉSTÁN?